martes, 27 de septiembre de 2011

LAURA GIORDANI (BELL VILLE, PROVINCIA DE CÓRDOBA,1964)




1.           qué objetos te acompañaron toda tu vida?

En una mudanza sin tregua, pocos objetos han podido tener permanencia: un mechoncito que mamá envolvió en babero de lino amarillento y un frasquito con dos dientes de leche.


2.           sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?

¿Y puede no sentirlas alguien que escriba poesía? Esas presencias nos atraviesan siempre, sólo que esta pequeña ceguera que llamamos “yo” nos cierra a esas realidades, salvo en algún momento de epifanía: un relámpago que nos descentra y devuelve a ese lugar común del que fuimos expulsados. Entonces puede acontecer lo poético.


3.           Qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los tatuajes?

Cuando pienso en la rosa, viene la imagen del jardincito de mi abuela y sus rosas amarillentas (color té, decía ella) conmovedoras cuando se abrían del todo, con sus pétalos a punto de caer, casi sin sujeción, indecisos entre el perfume y la muerte. Los anillos me recuerdan las patitas de los canarios y los dedos anulares de los casados, ese círculo pequeño donde pugnan el deseo de libertad y el deseo de pertenencia. Del mar no puedo decir nada que no sea asombro cada vez, como la primera.  De los tatuajes... he visto pocos, muy poquitos, que me gusten. Pensar que en veinte o treinta años las playas y piletas se van a llenar de ancianos tatuados; va a ser divertido.


4.           cuál es tu superstición?

Tengo muchas (la mayoría inocuas), pero la que más me preocupa es esa superstición de creerme aislada, separada del mundo y los demás. Esa superstición que a nivel colectivo nos va a costar literalmente la supervivencia.


5.           en qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?

En algún lugar entre el pecho y el diafragma: urgencia, desasosiego que punza y pide ser dicho. También en la garganta un nudo se va haciendo cantito incipiente que comienzo a balbucear. Y en los árboles, definitivamente.


6.           escribís mientras escribís o antes o después?

El poema comienza a escribirse antes de revestirse de letras y caracteres; en esa etapa de fermentación, algo nos va aconteciendo dentro hasta que llega la urgencia de materializarse en poema. Ese momento previo me interesa mucho por lo que tiene de imprevisible y enigmático. Luego viene la escritura, la tachadura, el puto oficio.


7.           qué autores no releerías?

A esos que escribían los libros escolares que nos iban deformando la visión de la historia y del mundo. Tampoco a Paulo Coehlo ni a José Luis Martín Vigil y su moralina para adolescentes, nunca más.


8.           de los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron que unían su vida a sus palabras?

No he conocido tantos (difícil en un gremio lleno de impostura), pero tengo el privilegio de conocer un poeta llamado Enrique Falcón en quien no percibo brechas entre su poesía -crítica con este sistema homicida, sensible con los ninguneados- y su propia vida de entrega a los demás.


9.           qué, quién, quiénes escribe en vos?

Mis abuelas, la infancia llorando todavía por los gomerazos a los pájaros en las siestas, la perra que se hacía pis de emoción al reencontrarme, mis  desaparecidos, esos árboles que siguen creciendo dentro.


10.       vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos climas?

Sí, retornan pidiendo atención, cuidado, como esos fantasmas que no pueden despegarse del lugar del trauma porque todavía deben nombrarlo. Vuelven como pidiendo asilo a la que ahora soy.


11.       en tu vida, la poesía como propósito, destino o circunstancia?

  En mi vida la poesía, sin más.


12.       qué quisieras leer mañana, que quisieras releer para siempre?

“El libro del frío” de Antonio Gamoneda, “Las yescas. Canciones del Enterrado de Juan Carlos Bustriazo”, “Entrevista con el pájaro” de José Viñals...


13.       la poesía es una arma cargada de futuro, pasado, eternidad?

Lo importante es que la poesía esté cargada: no sólo como el arma combativa de Celaya, sino fundamentalmente de vida y compasión en un mundo que agoniza.


14.       la poesía es literatura?

Es literatura y mucho más: en la poesía se juega una desnudez que la convierte en un género muy exigente e incómodo en el que no se puede trabajar de manera previsible con un poemario como con una novela. Un proceso que –afortunadamente- no terminamos de conocer y controlar en el que el balbuceo tiene lugar central (al menos en la poesía que me interesa)


15.       cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?

Juan Carlos Bustriazo (aunque ahora el esnobismo literario le esté dando manija), José Viñals, Juana Bignozi... y tengo que mencionar a tres poetas del sudeste cordobés, de esa misma llanura en la que nací y cuya poesía me ha aportado mucho en el último tiempo: Elena Annibali, Marcelo Dughetti y Alejandro Schmidt (siento tener que citar a quien propone la entrevista, pero es así).


16.       fuera de la poesía que campo del arte te interesa?

Las artes plásticas: especialmente la pintura.


17.       alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?

Nunca vamos solos, creemos que sí porque para sostener esa superstición del yo omnipotente, del “artista singular”, necesitamos una épica personal. Una épica romántica y solitaria tan cara a los poetas. Si miramos a los costados y sobre todo abajo, veremos que a medida que nos acercábamos a esa palabra oscura nos acompañaban todos esos insectos que aplastamos y olvidamos, el perro moribundo que vimos en la banquina, las madres insomnes que aún esperan.


Publicó :

Cartografía de lo blando (2005), Noche sin clausura (2006), Materia Oscura (2010) y la plaquette Celebración del brote (2009, Zahorí-Poesía en minúsculas)

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