lunes, 28 de noviembre de 2011

LEONARDO MARTÍNEZ ( CATAMARCA,1937)




1.     qué objetos te acompañaron toda tu vida?
2.     sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?
3.     qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los tatuajes?
4.     cuál es tu superstición?
5.     en qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?
6.     escribís mientras escribís o antes o después?
7.     qué autores no releerías?
8.     de los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron que unían su vida a sus palabras?
9.     qué, quién, quiénes escribe en vos?
10. vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos climas?
11. en tu vida, la poesía como propósito, destino o circunstancia?
12. qué quisieras leer mañana, que quisieras releer para siempre?
13. qué pensás del romanticismo alemán?
14. el silencio, la soledad, la transparencia, el orden, adentro, afuera, a veces, nunca ?
15.  qué fue lo imposible?
16. la poesía es una arma cargada de futuro, pasado, eternidad?
17. la poesía es literatura?
18. qué lugar ocupa la poesía argentina en Latinoamérica y en la lengua castellana?
19. cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?
20. alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?
21. fuera de la poesía que campo del arte te interesa?
22. la poesía es una tarea del espíritu o una emanación de la historia ¿hay espíritu, hay historia?
23. cuál es la mayor dificultad en la relación existencia-poesía?
24. quisieras responder otras preguntas, quisieras hacer otras preguntas?


RESPUESTAS 


     Mi cuerpo y su adn fijaron en un comienzo un posible destino a cumplir, dentro de un abanico de posibilidades que, con los años, se fue cerrando. Cuerpo y adn son los objetos que me acompañaron y  acompañaràn hasta la disolución.
Voces y presencias, inclasificables, antiguas y futuras, pueblan mi circunstancia. Confusa mezcla de mundo, Inframundo, trasmundo, supramundo,…
Y los anillos, el mar y los tatuajes se corresponden en el reino.
La superstición de creer en el arte como còpula, me hace sentir que cuerpo , aire, paisaje,  formamos uno.
Entonces, escribir es un antes que està después y es un ahora.
Y  leerìa de nuevo lo leído, porque no estoy seguro de nada, salvo de los poetas que  tratè, que estaban lejos del enmascaramiento, como Joaquìn Giannuzzi, Francisco Madariaga, Juan Josè Hernàndez,  Amelia Biagioni, Olga Orozco, Enrique Molina,  Àlvaro Mutis,  Ana Emilia Lahitte, Ramòn Palomares,  Blanca Varela, Pancho Squeo Acuña, Pancho Galìndez, Teresa Leonardi-Herràn, Leonor Garcìa Hernando,  Rodolfo Godino,  Jorge Leònidas Escudero,  etc.
Me gusta  la cita anónima que rescata Santiago Sylvester, ‘’en todo poema se debe notar que Homero existiò’’ o la de Jean Cocteau que repetía en ocasiones  Juanjo Hernàndez : ‘’el poeta canta bien cuando canta subido a su árbol genealògico’’. Ambas dicen lo mismo : nos remiten a un entramado que  señala  senderos…..
Luego, no  escribimos, re-escribimos . Y vuelven palabras, temas, paisajes, atmòsferas, climas…..
Propòsito,  destino o circunstancia…. Si dijera propósito estoy introduciendo  carácter volitivo a la escritura de poesìa. Destino suena a soberbio desatino; a Dios conmigo. Y circunstancia me remite a una situación precaria, màs de  acuerdo a la existencia que llevo.
Y leerìa lo releído y leerìa para siempre lo leído. Y escucharìa para siempre los lieder del Winterreise (Viaje de Invierno) de Franz Schubert con versos de Wilhelm Mûller , el logro màs exquisito  del romanticismo (alemán).
La poesía no es un arma, tampoco es literatura. La poesía siempre es otra cosa, huye de los encasillamientos y definiciones. La poesía : destello, reflejo, pura consistencia y evanescencia en el instante. Y no anda compitiendo, no sube escalones, no los desciende, puesto que es ubìcua  y su vestidura inconsútil.
Los poetas hoy visibles, mañana aparecerán borrosos, desdibujados, ausentes y  bailaran ,con los poetas invisibles igual sarabanda. ¡¡Como si la poesía dependiera de una mirada mezquina y no de la danza de la vida!!
Alguien nos condujo a la fuente nocturnal y nos hizo beber los dones de la noche.
La historia es un vendaval soplado por el espíritu. Y el espíritu es  el devenir. El  insondable y contradictorio, complejo, devenir.
Una misma ley rige el mundo exterior,  el interior, el mundo natural y la conciencia, y  hace que nos disolvamos  en la multiplicidad.
El canto hunde sus raíces no sòlo en el origen de la especie sino de la  vida. Y el que canta, quiéralo o no, celebra la permanente boda entre la eternidad y el instante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario